... que pierdas una computadora y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno». ¡A veces la palabra «huir» requiere una acción drástica!
Quisiera agregar algo más: Cuando uno huye de algo también debe huir hacia algo. Nunca hemos de dejar un vacío. Hay que correr al Señor, hay que correr al buen material y hay que correr hacia las amistades sanas. Leamos completo el ya citado 2 Timoteo 2:22:
«Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un corazón puro».
El comentarista Matthew Henry dice acerca de este pasaje: «Mientras más sigamos lo que es bueno, más rápido y más lejos huiremos de lo malo. Mantener la comunión de los santos nos sacará de la comunión con las obras infructuosas de las tinieblas».
Pablo agrega:
«Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza» (Filipenses 4:8).
Si uno está casado, debe huir hacia su cónyuge.
«Vive feliz junto a la mujer que amas, [?]. La esposa que Dios te da es la recompensa por todo tu esfuerzo terrenal» (Eclesiastés 9:9).
«Que tu esposa sea una fuente de bendición para ti. Alégrate con la esposa de tu juventud. Es una cierva amorosa, una gacela llena de gracia. Que sus pechos te satisfagan siempre. Que siempre seas cautivado por su amor. Hijo mío, ¿por qué dejarte cautivar por una mujer inmoral o acariciar los pechos de una mujer promiscua?» (Proverbios 5:18-20).
2. Prever la tentación
En cuarto lugar, para llevar una vida de pureza uno tiene que entender que siempre habrá tentación sexual.
La Biblia indica que en esta vida nunca estaremos libres de tentación. Incluso la tentación sexual no es algo que sucede una sola vez sino una y otra vez. Por lo tanto, el sabio prevé la tentación a fin de tomar precauciones.
Hay un importante versículo en Mateo 26:41 que aconseja: «Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
En el contexto de las relaciones sexuales, el mismo Satanás se llama el «tentador» (ver 1 Corintios 7:5 y también 1 Tesalonicenses 3:5); Pablo dice que es posible conocer y prever las maquinaciones malignas de nuestro enemigo (2 Corintios 2:11).
Si vamos a vencer la tentación, ...