... lo llama «profeta» porque, a la luz del Antiguo Testamento, El se ha reservado el privilegio de llamar e identificar a los auténticos profetas. Según el discurso de Jeremías 23:9-40, sobre los falsos profetas, ellos fueron los que se arrogaron por su propia cuenta el título de «profetas», sin haber sido llamados ni enviados por Dios (v.21). Eran ellos los que decidían autoproclamarse «profetas», y se hacían llamar así por la gente, aunque el Señor no les había encomendado ese ministerio. ¿No sigue ocurriendo lo mismo a través de la historia?
Dios llamó a Moisés, y en Deuteronomio 34:10 leemos que «nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara». Moisés fue reconocido como «varón de Dios» (Dt. 33:1), título que se aplicó también a otros profetas a través de la historia veterotestamentaria (comparar 2 Reyes 4:9). Y otro título dado a los profetas fue el de «vidente» (1 S. 9:9), a causa de sus notables visiones.
En el Antiguo Testamento los verdaderos profetas eran portavoces de la Palabra de Dios y por ello tenían la facultad de predecir el futuro en nombre del Señor de la historia. A veces podían enterarse de lo que se hablaba u ocurría a gran distancia (ver 2 R. 6:12). Era una virtud de clarividencia que, por ejemplo, se manifestó en hombres como Ezequiel, quien, hallándose cautivo en Babilonia, sabía ?por revelación divina? lo que estaba ocurriendo al mismo tiempo en Jerusalén. Los mensajes de los profetas eran presentados como «palabra del Señor» (ver Jeremías 1:9) recibida a través de la acción del Espíritu Santo (por ejemplo, Miqueas 3:8). Sin embargo, había profetas que a veces mentían y otras veces transmitían la palabra de Dios, como puede leerse en el relato de 1 Reyes 13:1-34. Por ello, al escuchar un mensaje profético fue indispensable tener discernimiento, para saber si era verdadero o falso. Recordemos el caso de Micaías y los falsos profetas ante los reyes Acab y Josafat, según 1 Reyes 22, que demuestra que en aquellos días hasta los profetas genuinos solían dar mensajes falsos. Es un hecho que no debemos olvidar, porque suele repetirse.
3. Breve comentario sobre la profecía en el Nuevo Testamento
Es indiscutible que, pese a tratarse de diferentes pactos o dispensaciones, hay una línea de continuidad que vincula tanto a los profetas como a las profecías de los testamentos Antiguo y Nuevo. Según Mateo 11:13 y Lucas 16:16, Jesús manifestó que el ministerio profético veterotestamentario ...