Artículos

El consejero bíblico


La autoridad de la escritura en el ministerio de aconsejar / Continuación

... radicaba en perfeccionar el amor en la vida de Teresa. Tuvimos que convencer a Teresa de que el amor es más poderoso que el temor. Ella no podía concebir que algo tuviera más poder que el temor que sentía. Le pregunté qué haría si un ratón apareciera en la habitación. Ella respondió con gritos. La simple posibilidad de algo semejante le produjo miedo. Después le pregunté que haría si el mismo ratón atacara a uno de sus hijos. Ella, sin miedo, respondió que era capaz de matar al ratón a sangre fría. Yo le aseguré que el amor al hijo la impulsaría a superar su temor al ratón. El amor echa fuera el temor.
Para echar el temor hay tres facetas del amor que se deben entender y, como el caso de las dos últimas, desarrollar: el amor de Dios, el amor a Dios y el amor humano.
El amor de Dios. Partiendo del amor de Dios, explicamos el evangelio y también que el temor es consecuencia del pecado (Pr. 28:1). Nosotros amamos porque El nos amó primero (1 Jn. 4:19). Al día siguiente Teresa entregó su vida a Cristo porque se dio cuenta de que la solución comenzaba aceptando el amor de Dios y su manifestación, el sacrificio de Jesús.
El amor a Dios. Un problema que enfrenta la persona con temor es que se acostumbra a seguir sus sentimientos temerosos en vez seguir la Palabra de Dios. Entonces, el próximo paso con Teresa fue establecer la importancia de la obediencia a la Palabra de Dios en su vida. Según Juan, la obediencia es la manera de mostrar que amamos a Dios (1 Jn. 2:5).
El amor humano. Pasamos a afirmar la importancia del amor humano: A Dios nadie le ha visto jamás; si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros (4:12). Reconociendo esta verdad, enviamos a Teresa al grupo femenil de nuestra iglesia donde reinaba un espíritu de amor. Ella sintió verdadero amor en estas mujeres y, cosa que no había pasado durante varias semanas, aquella noche Teresa durmió como una criatura sin necesidad de tomar pastillas.
Sin embargo, había otro aspecto a considerar en el plan bíblico. El desarrollo del amor de Dios en la vida diaria. Teresa conoció a una mujer paralítica y comenzó a ir a su humilde casa dos veces a la semana para hacer la limpieza, conversar con ella y hablarle del Señor. Tanto fue el cambio en la vida de Teresa, que una sicóloga vecina acudió a ella para pedirle consejos por un problema familiar.
El Espíritu Santo tomó su espada y penetró, reveló, aclaró, reprendió, ...

Continuar leyendo