... Dios es Dios.
La historia de Nabucodonosor (Daniel 3-5) es una gran advertencia para nosotros. Paseaba por el palacio real en Babilonia y hablaba consigo mismo: «¿No es esta la gran Babilonia que yo he construido con mi poder y para la gloria de mi majestad?» Notemos que él pedía para sí mismo el poder, el reino y la gloria, exactamente la antítesis de la doctología; y no nos sorprenda que mientras estas palabras salían de sus labios, el juicio de Dios cayera sobre él. Fue privado de su reino y echado del palacio. Vivió con los animales y comió con ellos. Su cabello creció como las plumas de las águilas y sus uñas como garras de aves. En otras palabras, enloqueció; y solamente cuando reconoció que el Dios altísimo reinaba sobre los reinos de los seres humanos, y elevó su mirada en adoración humilde frente a Dios, se le restituyeron su razón y su reino. La moraleja es: a aquellos que andan con orgullo, Dios los humilla. El orgullo y la locura van de la mano, y asimismo la humildad y la razón.
En ningún punto choca tan fuerte la mente cristiana con la mente secular como en esta insistencia en la humildad. La mente secular desprecia la humildad, las grandes religiones tampoco la recomiendan, y nuestra cultura está dominada más de lo que pensamos por la filosofía del poder de Nietzsche. Nietzsche escribió acerca del surgimiento de lo que él consideraba una raza que tuviese el coraje de dominar, que fuese ruda, brava. De manera que su ideal era el superhombre, mientras que el ideal de Jesús es el niño, y no hay posibilidad de compromiso entre estos dos ideales. Tenemos que escoger.
La realidad de Dios le da a la mente cristiana su perspectiva primera y esencial. La mente cristiana rehusa honrar cualquier cosa que deshonre a Dios. Aprendamos a evaluarlo todo basándonos en este criterio: Da gloria a Dios, o toma de la gloria de Dios. Esta es la elección, y explica por qué la sabiduría es el temor de Dios y por qué la humildad es la virtud más grande.
2) La paradoja del ser humano
¿Cómo responde la Biblia a su propia pregunta? ¿Qué es el hombre? ¿Qué significa ser hombre? Enseña por un lado que el ser humano tiene una dignidad única como criatura hecha a la imagen de Dios, pero por otro lado enseña que el ser humano también tiene una depravación única como pecador que está bajo el juicio de Dios. Su dignidad nos da esperanza, pero su depravación pone límites a nuestras expectativas. Así que tenemos que mantener ambas juntas, y es ...