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El consejero bíblico


Cómo dar y recibir críticas / Continuación

... aprender a escuchar la voz de Dios hablándonos a través de familiares y amigos, aunque a veces no quisiéramos aceptar esas críticas.
Muchas veces la gente dice cosas un poquito pasadas de tono, pero lo que pasa es que no comprendieron la situación. No debemos resentirnos porque al final de cuentas ellos se preocupan lo suficiente por nosotros como para tomarse la molestia de corregirnos. En la sociedad actual a las personas no les preocupa el resto de la gente, como para hacer algo por ellos, aunque eso sea una simple corrección. Conforme mi esposo el evangelista Luis Palau dice, es muy difícil reprimir a alguien que queremos, o que nos importa (Proverbios 27:5). Su punto de vista es: si alguien se preocupa lo suficiente por nosotros como para tomarse la molestia de corregirnos, necesitamos aceptar esa corrección humildemente. El Señor quiere que apliquemos esa corrección a nuestro corazón para nuestro bien.
Cuando mi esposo viajó por primera vez a los Estados Unidos, llevaba puesto un terno negro, nuevo, hecho a medida en América del Sur. Él compró el terno negro, porque sólo podía comprar uno y no tenía la menor idea de cómo se visten los Californianos.
Pero el pastor quien ayudó a Luis a superar los primeros obstáculos y en cuya casa se hospedó, usó ese terno negro para corregir a Luis por su gran orgullo: «Estás tan confiado en ti mismo, que el orgullo te sales por los poros» le dijo. «Aun el terno negro con que llegaste, fue diseñado para hacer creer a la gente que eras un muchacho espiritual. Déjame decirte que Dios no usa gente orgullosa y Él no te va a usar hasta que dejes tu orgullo de lado. Serás un don nadie y no irás a ningún sitio».
A Luis le chocó mucho y le avergonzó que el pastor había mal interpretado el terno negro. Con el pasar del tiempo me afirmó que no hubo ningún motivo en especial para comprar ese terno negro, así se usa en América del Sur. Pero eso no desacredita lo que dijo. Y Luis sabía que el pastor estaba en lo correcto.
Algunas veces las críticas son injustas, fuera de sitio y no tienen nada de cierto. Quizás son dichas en un momento de cólera, celos o ignorancia. No debemos dejar que la amargura eche raíces en nuestro corazón cuando esto pasa. En vez de eso debemos seguir los pasos de nuestro Señor Jesús. 1 Pedro 2:21-23 dice, «Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló ...

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