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El consejero bíblico


Mis padres se separaron... Y ahora ¿qué hago? / Continuación

... amigos («el hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo, y amigo hay más unido que un hermano» ? Proverbios 18.24). Dios creó a los amigos para compartir con ellos las alegrías y las tristezas, los buenos y los malos momentos. No pienses que eres el único que sufre, también hay otros que experimentan situaciones difíciles. Una vez que encuentres amigos verdaderos disfrutarás lo que significa compartir la carga. Como dice un pastor amigo: «Una carga compartida pesa menos».

3).- «TÚ ERES MI PADRE» (DIOS: UN PADRE PERFECTO).
Y lo mejor de todo: Dios es tu Padre. Él se convierte en tu papá o tu mamá cuando éstos te faltan. Y Él es un Padre que no te falla. Muchos, al pensar en Dios como Padre, inconscientemente proyectan la imagen de sus padres terrenales a Él, y por eso no pueden relacionarse bien o le tienen miedo.

La Biblia dice que Dios es amor. Él te ama. Por eso, la mayor alegría que puedes tener (y lo digo por experiencia propia) es saber que «aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo Dios me levantará» (Salmo 27.10).

Él va contigo a la escuela. Está en las gradas mirando y aplaudiendo las jugadas que haces. Te acompaña en las horas de la noche mientras estudias para el examen. Te conoce por nombre aunque estés rodeado por una multitud.

La Mejor Decisión de la Vida.

Hace dieciséis años que no tengo papá: Juan José. Hace más de dieciséis años que sí tengo Papá: Dios. ¿Y todo gracias a qué? Un día recibí a Cristo en mi corazón, lo reconocí como Señor y Salvador de mi vida, creí que murió por mí en la cruz y que resucitó de entre los muertos con poder. Entonces la vida comenzó, y nunca estoy solo.

¿Le has dicho sí a Jesús? ¿Es Dios tu Padre? Si tu respuesta es afirmativa, avanza con todas tus fuerzas para adelante, porque siempre hay esperanza, aunque seas hijo o hija de padres separados. Pero si nunca le abriste la puerta de tu corazón, hoy es el día. Sé valiente. Habla con Él, aunque no entiendas todas las cosas. Pídele que llene tu vida con su presencia. Y te puedo garantizar algo: ¡Él nunca te fallará!


El autor, Cristian Franco, argentino, es miembro de la Asociación Evangelística Luis Palau y vive en Buenos Aires.