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El consejero bíblico


El yugo desigual / Continuación

... matrimonio las dos partes llegan a ser «una sola carne» (Ef. 5:31; Gn. 2:24). La frase «una sola carne» expresa antes que nada la relación sexual dentro del matrimonio. Pero el sentido comple¬to se desarrolla más ampliamente con el correr de los años. El matrimonio es un enlace que involucra no solamente el cuerpo, sino también el alma y el espíritu.
La Biblia prohíbe el matrimonio mixto entre creyentes e inconver¬sos porque no es posible desarrollar en forma plena la verdad de «una sola carne». No se puede unir el espíritu viviente del creyente y el espíritu muerto (sin Cristo) del inconverso. No hay ni habrá comunión espiritual (2 Co. 6:14,15). Por lo tanto, la comunicación se realiza solamente a nivel del «alma», la sala de controles de quien no conoce a Cristo.
Sin embargo cualquier padre, pastor o consejero que ha tenido que lidiar con una persona locamente enamorada de una persona inconversa sabe que existe un «amor» tan fuerte que está seguro de que su situación particular no está contemplada en la Biblia y abundan las razones y excusas. Vamos a suponer que la mujer es la creyente.
«No hay jóvenes cristianos de mi edad en la iglesia».
«El es mucho mejor que la mayoría de los creyentes que conozco».
«Mi novio está de acuerdo en que nos casemos en la iglesia evangélica».
«He visto otros matrimonios que empezaron así y dio muy buen resultado».
«El no será estorbo para mi vida espiritual».
«Me dice que se va a convertir después de la boda».
«Me permitirá llevar a nuestros hijos a la Escuela Dominical»
«Tengo que casarme con él porque hemos tenido relaciones sexuales».
Como hemos mencionado, bajo cualquier circun¬stancia es pecado casarse con un incrédulo. Un cristiano por consiguiente está incapacitado para implorar la bendición de Dios sobre ese matrimonio.
En cuanto al argumento de que no hay jóvenes cristianos en la iglesia, quisiera aclarar tres puntos: a) Los solteros tienen que creer y confiar en las promesas del soberano Dios. «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir. No seas como el mulo o el caballo, que no pueden entender y hay que detener su brío con el freno y con la rienda, pues de otra manera no se acercan a ti» (Sal. 32:8-9 VP). b) Uno no está siempre limitado a los muchachos de su propia iglesia. Una excelente manera de conocer a chicos creyentes es en las actividades y campamentos interdenominaciones. ...

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