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El consejero bíblico


Desempleo / Continuación

... Hebreos, «pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos ... pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad» (Hebreos 12:7-8,10).

No pierdas el tiempo culpando a los intermediarios por estar sin trabajo. Algún superior puede tener la responsabilidad de tu apuro pero si eres un creyente en Cristo, no te sucede nada que no pase primero por las manos de Dios. No importa cuál sea la prueba; considérala parte de su disciplina para ayudarte a ser más como Jesucristo.

3. Trata de hallar el propósito de Dios para tu falta de trabajo.

«Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo», dice Proverbios 25:2 y según el Nuevo Testamento, los creyentes son reyes y sacerdotes. Por lo tanto es nuestra «gloria» tratar de entender lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Todos ansiamos una respuesta racional a nuestras circunstancias y dado que sabemos que Dios no es irracional, creemos que nuestras experiencias en la vida tienen algún significado. Queremos entenderlas si podemos.

Estoy seguro de que uno de los héroes del Antiguo Testamento pasó mucho tiempo «investigando» la razón que estaba detrás de todas las penurias brutales de su vida. La historia de José ocupa casi un tercio del libro de Génesis, lo cual indica que es de gran importancia. Los capítulos del 37 al 50 describen una familia en la que un cóctel mortal de celos, amargura y enojo finalmente llega al punto de ebullición y termina en traición y por poco en homicidio. Los hermanos de José lo venden como esclavo y durante varios años le sobreviene una calamidad tras otra. Lo acusan falsamente de violación y lo meten preso injustamente, donde languidece por un tiempo.

José debe haber pensado: Dios ¿qué estás haciendo? ¿Por qué me abandonaste? ¿Qué te traes entre manos? Para los espectadores sin duda Dios había abandonado a José, se había olvidado de él, lo había desechado. Sin embargo, a su tiempo, el Señor usó las circunstancias adversas de este joven para un gran propósito. El propio José finalmente llegó a verlo después de que Dios lo elevó al poder en la tierra de su cautiverio. Cuando sus hermanos traicioneros (y temerosos) volvieron a él años después, les dijo: «Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien» (Génesis ...

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