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El consejero bíblico


Pruebas / Continuación

... es absolutamente necesario orar pidiendo que Dios nos haga hombres de oración?.

Quien ha aprendido el valor inestimable de depender del Señor en toda circunstancia ha aprendido también el valor de la oración.
Orar buscando la voluntad del Padre evitará que nuestra energía sea la que lleve a cabo la obra.
Naturalmente tenemos mucha energía y deseamos ?en la mayoría de los casos sinceramente- agradar a Dios, pero si nos dejamos guiar por nuestras fuerzas humanas vamos a terminar haciendo las cosas a nuestro modo y fuera de los tiempos del Señor.
Cuando no hay dependencia, quebrantamiento y oración vamos a usar medios humanos procurando lograr fines divinos.
De allí el valor de la prueba al confrontarnos con nuestra debilidad e inutilidad y enseñarnos a depender de nuestro Padre celestial.
Le sucedió a Jacob cuando en medio de la noche, conociendo que su hermano Esaú venía con cuatrocientos hombres a encontrarlo y ya no había mas lugar para tretas y maquinaciones es tocado por el Señor. Su cuerpo queda debilitado a raíz del toque divino, su ser se quebranta y debe ?entonces- dejar su autosuficiencia y comenzar a depender del Señor.

Igual ocurrió con Moisés y con sus esfuerzos humanos de liberación. Con el fracaso absoluto de sus planes comenzó a funcionar la escuela, el ?seminario?de Dios, el cual incluye el desierto y la prueba.
Dios nos deja aparentemente solos, en la noche, en el desierto, en medio de dificultades y pruebas para que aprendamos en quien debemos confiar.

Lección en el camino.

Recuerdo en una oportunidad, a principios de la década de los ochenta, cuando luego de tres semanas de predicar en el Paraguay regresábamos desde ese país a la Argentina, junto a mi cuñado Ricardo Pugliese.

Por un error en los horarios, los hermanos que nos acercaron a la frontera donde debíamos tomar un autobús,
nos dejaron en el puente fronterizo luego de la medianoche, confiando que nuestro transporte llegara pronto. La realidad era que el único autobús que nos podía llevar al aeropuerto (distante a unos 180 Km) ¡ya había pasado hacía 30 minutos y ¡no había otro hasta el día siguiente!.

Cuando nos dimos cuenta de lo sucedido comenzamos a pensar en nuestra situación: estábamos solos, era de noche, cargados de mucho equipaje, con poco dinero, y el aeropuerto estaba a 180 Km. de una ruta totalmente desierta. Para colmo no teníamos dinero suficiente para comprar otros boletos si perdíamos ...

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