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El consejero bíblico


Mi esposo me pega?.¡es cristiano!

por Dr. Jaime Mirón

Durante una reunión en Guatemala un médico me preguntó acerca de la violencia familiar Me citó los resultados de una encuesta hecha por el seminario SETECA que demuestra la seriedad del problema. Según ese encuesta 25% de los pastores (ni hablar de los feligreses) habían sido violentos con sus esposas.

Con la nueva libertad que hay en la América Latina, va emergiendo más y más historias de violencia dentro de los matrimonios cristianos. La siguiente carta es sólo un ejemplo: ?Soy casada hace 10 años con un hombre que yo creí que amaba a Dios. Pero resultó ser violento conmigo y después se calmó por algunos años pero ahora tengo 4 hijos con él pero él sigue siendo violento pero ahora no sólo conmigo sino con mis hijos. Los patea y agrede física y verbalmente y yo tengo miedo llamar a la policía porque el me amenaza que si el va ala cárcel cuando él salga nos va a matar?.

En un caso extremo, aunque no aislado, un hombre cristiano se justificó por la paliza que había dado a su esposa, alegando que la tenía que disciplinar. (Increíble como parezca, luego la mandó a limpiar la sangre del piso porque él debía estudiar la Biblia). Hay esposas que viven atemorizadas por el enojo, los gritos y la violencia del esposo.

Este artículo pretende contestar la pregunta que se hizo en aquella reunión en Guatemala sobre qué puede hacer una esposa que sufre violencia a manos de su esposo.

Los esposos cristianos se relacionan en dos niveles distintos. En primer lugar, se entienden como cónyuges de acuerdo con los principios encontrados en Efesios 5.21 33; Colosenses 3.18 21; 1 Pedro 3.1 7; Génesis 2.24; Proverbios 5 y 31; Malaquías 2.10 16; 1 Corintios 7, es decir los pasajes que tienen que ver con el matrimonio. Al mismo tiempo se relacionan (o deben relacionarse) como hermanos en Cristo. Como dice Pedro, usted, como esposa cristiana, es coheredera de la gracia de la vida (1 Pedro 3.7). Pablo dice que (espiritualmente) "no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3.28).

Solamente cuando una mujer haya cumplido con sus deberes como esposa puede apelar a su autoridad como hermana en Cristo. Por esto, permítame tomar el tiempo necesario para explicar los principios que rigen su comportamiento como cónyuge para que tenga la confianza de que su vida de pareja glorificará a Dios.

Una vida santa como esposa ...

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