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El consejero bíblico


Diez características distintivas de la Biblia / Continuación

... de Pentecostés, sus corazones fueron conmovidos. Supieron en seguida que tenían que hacer algo; y lo hicieron. Se arrepintieron y fueron bautizados (Hechos 2:37-41). ¿La Biblia siempre nos afecta tan radicalmente?

El origen divino de la Biblia significa que revela ciertas cosas que no se podrían descubrir por ninguna actividad humana. En particular, contesta las tres preguntas más trascendentales que jamás podrían hacerse: de dónde vinimos, a dónde vamos y por qué estamos en este mundo.

Puesto que la Biblia proviene de Dios mismo, podemos decir confiadamente que es totalmente fidedigna y sin errores de ninguna clase. Por consiguiente, no nos asustan las investigaciones de los hechos relatados en la Biblia mediante estudios en otras esferas, como por ejemplo la historia y la arqueología. Lo que se descubra por estas investigaciones es forzosamente de carácter provisional. Puede ser modificado a la luz de descubrimientos posteriores. La certidumbre absoluta en estos asuntos está fuera de nuestro alcance. La única certidumbre que poseemos está ubicada en la Biblia. La Biblia no cambia.

2. La Biblia es humana

La Biblia es un libro divino; pero es a la vez un producto de la mente humana. Estos dos hechos no son contradictorios sino complementarios. La Palabra de Dios, al igual que el Hijo de Dios, es divina cien por cien y humana cien por cien.

Los autores de los libros bíblicos fueron hombres de su época. Tenían su propia personalidad y sus idiosincrasias. Estaban sujetos a varias influencias que habían moldeado su carácter. Dios no anuló estos factores humanos. Obró por medio de ellos. Cada uno de los autores escribió a su manera. Su humanidad quedó intacta.

La humanidad de la Biblia implica que está sujeta a las reglas normales de interpretación, aquéllas que se aplican a toda literatura. No leemos poesía como si fuese historia. De igual modo, no leemos los salmos como si fuesen pasajes narrativos de las Escrituras. Hace falta un enfoque diferente. Los distintos tipos de literatura que se encuentran en la Biblia dan lugar lógicamente a distintos estilos de escribir.

Podemos esperar una gran diversidad. El estilo de las leyes y ordenanzas del Pentateuco es muy prosaico. En cambio, el estilo de las visiones de Daniel y Ezequiel, y de Juan en Apocalipsis, es más extravagante. Estos libros contienen mucho lenguaje figurado y simbolismo gráfico. Por supuesto, los dos estilos no se pueden tratar ...

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