Artículos

El consejero bíblico


Tres personas que aseguran que los conflictos nunca se resuelven / Continuación

... vez sacó un arma de fuego), falta de comunicación, amenazas y mucho más, la mujer lo abandonó. El marido seguía negando que los problemas existían y decía que ignoraba los motivos de la separación. El Negador termina con muy poca satisfacción personal porque no admite que haya problemas, como resultado nunca goza de una solución, y a la vez frustra a los hermanos. No da valor a la relación con ellos y en realidad los menosprecia porque piensa que están locos al insinuar que haya problemas. Duele admitirlo pero ciertos pastores y líderes de iglesias encajan en este rubro. La frustración de los feligreses los impulsan a congregarse en otra iglesia.

Gracias a Dios también existe otro tipo de persona, aquella que está determinada a resolver el conflicto; no necesariamente ganarlo sino solucionarlo. Este tipo de persona busca la manera de poder enterrar el problema. Reconoce que el problema existe; se da cuenta de que, por la gracia de Dios, siempre hay una manera de solucionarlo; está determinado a resolver las dificultades «hoy», sin dejar nada pendiente para el día siguiente ya que se podría convertir en resentimiento ?«Que no se ponga el sol sobre vuestro enojo» (Ef. 4:26)? comprende que es posible que él mismo esté equi¬vocado o quizás forme parte de la causa del conflicto; sabe pedir perdón y humillarse cuando es necesario. Esta clase de persona termina con una gran satisfacción personal porque agrada a Dios y soluciona el problema; da valor a la relación con sus hermanos en Cristo.

Con la actitud mencionada arriba siempre habrá la esperanza de resolver los problemas dentro del seno de la iglesia. Quiero mencionar por lo menos cuatro categorías generales dentro de esta cuestión de resolver problemas bíblicamente.

a. La conciliación. Una conciliación ocurre cuando uno de los integrantes decide rendirse al otro. No hay un «conciliador» porque no es un estado permanente sino una situación circunstancial. La diferencia entre la conciliación y el ser resignador radica en la actitud. En el primer caso, uno de los contrincantes decide seguir la corriente del otro en esa oportunidad. Ve que su oponente tiene razón o por otro motivo decide ceder, pero lo hace de buena gana. No es una manera permanente de solucionar conflictos, de lo contrario se transformaría en resignación. Al mismo tiempo es importante notar que nunca es correcto ceder cuando eso significa violar un principio bíblico.

b. El compromiso o convenio. Sucede ...

Continuar leyendo