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El consejero bíblico


El diálogo: Una manera Bíblica de resolver conflictos enla iglesia / Continuación

... del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido" (v. 11).
III. "Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano" (v.15).
IV. "De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo" (v.18).
En todo ese discurso se trasluce el diálogo cristiano como único elemento capaz de actuar de "pegamento" al poner juntas las piezas del pequeño discurso del Señor. El principio de la respuesta a la pregunta ¿quién es el mayor en el reino de los cielos?, está en los vv. 3 4, pero la conclusión está en los vv. 18 20.
Los discípulos esperan una respuesta objetiva; es decir, nombres y apellidos. Jesús comienza por algo subjetivo y general antes de llegar a la respuesta objetiva. Si se me permite hacer una paráfrasis resumiendo la respuesta del Señor, quedará como sigue: "Primero tienen que ser humildes y cándidos como niños. Segundo, tienen que dar prioridad a mis propósitos en este mundo. Tercero, tienen que dialogar con el hermano si éste peca." Conclusión: "Yo haré mías, las decisiones de ustedes, siempre y cuando ustedes sean capaces de llegar a acuerdos que reúnan mis anteriores exigencias".
De manera que el mayor, o los mayores, en el reino de los cielos serán determinados por un diálogo entre los discípulos. Dicho diálogo tiene que ser transparente y cándido como el de niños ?sin prejuicios ni malicia, en oración y dependencia del Espíritu Santo. Debe buscar corregir a los que han pecado. Debe tener como última meta la salvación de los perdidos. Debe ser capaz de conducir a acuerdos (se da por hecho que serían acuerdos bíblicos). Dicho de otra manera, no todas las decisiones del consejo de la iglesia entran en la santa voluntad de Dios; sólo están en la voluntad de Dios cuando los líderes entran en el diálogo con actitudes humildes, con el deseo de glorificar el nombre de Jesús y cuando están enfrentando el problema de pecado en los miembros de la congregación (si ese pecado existiera).
Ese tipo de diálogo, a mi juicio, es neotestamentario y por lo tanto forma parte integral de nuestra eclesiología. Debe ser la práctica cotidiana al tomar decisiones que afectan el liderazgo y la administración, así como las relaciones interpersonales dentro del cuerpo de Cristo.
Un diálogo bíblico
Los principios obtenidos a partir de Mateo 18 son aplicados por la ...

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