Artículos

El consejero bíblico


La Palabra de Dios en el ministerio de aconsejar parte 2 / Continuación

... el término sólo funciona como anacronismo. En las psicologías cristianizadas el término está cargado de todo tipo de bagaje secular: oímos que hay «corazones lastimados» o «corazones necesitados» o que el corazón es un depósito de heridas reprimidas y recuerdos penosos. Ninguna de estas definiciones es cierta. Cuando el control lo tienen las categorías seculares, la causa de los problemas humanos inevitablemente estará mal diagnosticada.
Por cierto que nuestros aconsejados han recibido la influencia del debate cultural contemporáneo sobre el problema. Para que haya un cambio fundamental y duradero, el aconsejado debe entender el problema desde el punto de vista bíblico. El aconsejado debe obtener una definición bíblica del pecado. Y dicha definición no puede hacer otra cosa que incluir el tema del corazón.
La Escritura declara que las raíces de los problemas humanos están en el corazón. Las raíces del pecado están allí. Lo que produce el fruto de las palabras y las acciones de una persona, es el sistema fundamental del corazón (He. 4:12; Gn. 6:5). Lo que controla el corazón moldea la conducta y tiene influencia sobre cada aspecto de la vida de una persona.
Cristo lo dijo de una manera clara y sencilla. Lo bueno proviene de lo bueno que ha sido guardado en el corazón, y lo malo proviene de lo malo que ha sido guardado en el corazón. Los problemas del fruto están directamente relacionados con los problemas de la raíz. Sin embargo, pocos aconsejados llegan preparados para examinar su corazón. Muy a menudo están dispuestos a lo externo. Quieren que el «problema» situacional sea removido o arreglado, de manera sentirse felices otra vez. O lo que desean que suceda en su interior es que simplemente desaparezcan los sentimientos desagradables.
Ezequiel 14:5 dice que Dios tiene otro plan: tomar el corazón de quienes se han alejado de Él. Él vuelve a ganarse el corazón de su pueblo para que su pueblo lo sirva a Él y sólo a Él. El consejero bíblico también debe tener este objetivo en cuanto al corazón.
Nuevamente aquí la tarea asignada se vuelve importante. La Escritura actúa como un espejo. A medida que el aconsejado se mira en ella con atención, se ve a sí mismo tal como es. Hebreos 4:12 explica que la Escritura es la gran reveladora de los misterios del corazón. La Escritura puede atravesar y descubrir los pensamientos y las intenciones que están allí y que moldean la conducta del aconsejado.
El aconsejado necesita ver que su corazón ...

Continuar leyendo