Artículos

El consejero bíblico


Cómo dar y recibir críticas / Continuación

... años antes de decir algo y mientras tanto éste se hace cada vez más grande. Cuando estamos molestos es cuando damos rienda suelta a nuestra lengua y entonces la crítica vuelve dura y de mal juicio.
Si decimos la verdad en un momento que estamos alterados, será rechazada porque es dura, cruel y está dicha con resentimiento. La honestidad y crueldad están separadas por una línea muy fina. Tenemos que ser sensibles en cómo decir las cosas y saber decirlas con amor. Nuestra meta es practicar una madurez cristiana, no probar que estamos en lo cierto. Debemos ofrecer nuestras críticas para ayudar al crecimiento espiritual de una persona.
La respuesta de David a Natán se encuentra en el Salmo 51:1-2: «Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia: Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado».
David respondió correctamente. No dio excusas ni se vengó enojado. No dijo «Señor no pude hacer otra cosa. Tu sabes mi debilidad por las mujeres». Lo único que hizo fue arrepentirse ante Dios.
David miró más allá del mensajero Natán, y recibió el mensaje porque él supo que venía de Dios. Esta reacción es difícil de imitar. Es muy fácil decir «Él tampoco es perfecto. Quién es él para decirme eso. ¿Quién le ha nombrado mi jefe?»
Siempre habrá algo que aprender de las críticas. Mucha gente cuando critica, accidentalmente habla la verdad. Aun en críticas negativas, las cuales son dichas con resentimiento, se encuentra algo de cierto. Necesitamos ser maduros y preguntarnos a nosotros mismos, «¿ está Dios diciéndome algo, que quizás de otra forma no lo escucharía?» Debemos buscar el mensaje que está detrás del mensajero.
Aceptar sugerencias o correcciones es extremadamente dificultoso. Es como una reacción innata que nos hace estar a la defensiva cuando escuchamos comentarios sobre nuestra vida personal o nuestros hijos.
Antes de casarme fui maestra por un año. Un día llamé a una de las madres para tener una conversación extraoficial con ella. Era mi último recurso para tratar con un niño que era testarudo, agresivo, desobediente y de carácter muy fuerte. La mamá entró volando, se sentó y empezó a hablar, «Estoy muy contenta de que usted me haya llamado. Paco es tan sensible?». En ese instante me dije a mí misma, «si algún día tengo un hijo voy a tener mucho cuidado de no cegarme a los hechos debido a mis sentimientos de madre. »
Es por eso tan importante ...

Continuar leyendo