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El consejero bíblico


¿Dios perdona todos los pecados?

por Jaime Mirón

[Nota del editor: Todos los años recibimos miles de cartas de todo el mundo de habla hispana pidiendo consejo o haciendo preguntas. En los próximos números del Consejero Bíblico presentaremos los más frecuentes problemas de la gente junto con una respuesta o solución bíblica. Es nuestra oración que las contestaciones sean de ayuda para ustedes, los lectores].

Una pregunta común es si Dios puede perdonar todo pecado cometido: los pecados repetidos, los pecados cometidos a pesar de ser creyentes y ¿qué del pecado imperdonable?

[Todas las citas son de la Nueva Traducción Viviente (NTV), Editorial Tyndale, 2010]

Dividimos la pregunta en dos partes. Primeramente: ¿Puede Dios perdonar todos los pecados? La respuesta es, ¡por supuesto que sí! Uno de los motivos principales por los cuales que Jesús vino a la tierra fue para perdonar los pecados. Jesús mismo afirma: «Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados» (Mateo 9:6; ver Efesios 1:7). Las buenas noticias de lo que proclamó Jesús fue precisamente el perdón de pecados: «Hermanos, ¡escuchen! Estamos aquí para proclamar que, por medio de este hombre Jesús, ustedes tienen el perdón de sus pecados» (Hechos 13:38; ver Colosenses 1:14).

Es importante notar que fue el amor de Dios que lo impulsó a enviar a su Hijo para morir en nuestro lugar para que pudiéramos gozar del perdón de nuestros pecados: «Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores» (Romanos 5:8). No se puede expresarlo mejor que el apóstol Pablo, él mismo siendo un pecado perdonado: «Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y porque aún no les habían quitado la naturaleza pecaminosa. Entonces Dios les dio vida con Cristo al perdonar todos nuestros pecados» (Colosenses 2:13). El salmista agrega: «Se llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente» (Salmo 103:12). Por eso el evangelio se llama «buenas noticias».

Tomemos el caso del rey David. Sus pecados son bastante contemporáneos: la lujuria, el adulterio, el asesinato y la mentira como encontramos descritos gráficamente en 2 Samuel 11-12. A pesar de tan terribles que fueron estos pecados, la Biblia relata el arrepentimiento del rey y el perdón de Dios en Salmos 32 y 51.

«1 ¡Oh, qué alegría para aquellos
a quienes se les perdona la desobediencia,
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