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El consejero bíblico


Los beneficios de la pureza moral -parte 1 / Continuación

... la tentación.

El ser humano es «seducible»

En cuarto lugar, debemos oír por qué somos capaces de ser seducidos. Aprendamos de los muchos consejos prácticos del libro de Proverbios. Prestemos atención especial a las palabras subrayadas.

«Pues los labios de una mujer inmoral son tan dulces como la miel y su boca es más suave que el aceite» (Proverbios 5:3).

«[La corrección y la disciplina] te protegerán de la mujer inmoral, de la lengua suave de la mujer promiscua. No codicies su belleza; no dejes que sus miradas coquetas te seduzcan» (Proverbios 6:24-25).

Estos dos pasajes presentan el poder de la lengua y se refieren a los piropos y las adulaciones de una mujer seductora expresados hacia un hombre «seducible», es decir a alguien que pasa por un momento de necesidad sentimental. La persona se siente sola o piensa que su cónyuge no lo entiende o quizá sufrió un desengaño y, como resultado, es presa fácil para una seducción.

¡Ojo! La mujer es también vulnerable, en especial por lo que oye o lo que lee. Ella tiene una imaginación fértil y no hay nada mejor que una novela romántica para estimular dicha imaginación.

El hombre es especialmente estimulado por lo que ve, por eso la pornografía es una trampa a la espera de su presa. Nota que Proverbios 6:25 también menciona la belleza, lo que dejamos entrar por los ojos.

Finalmente el pasaje menciona las miradas coquetas, es decir el lenguaje corporal de la seductora. Hay sitios en Internet que se dedican al lenguaje corporal y cómo emplearlo para seducir a otra persona. ¿Por qué? Porque el lenguaje corporal comunica.

Cuando uno junta los tres ingredientes ?las adulaciones, la belleza y el lenguaje corporal? es fácil entender por qué el ser humano es capaz de ser seducido.

Cuando recibí a Cristo a los 16 años de edad, el pastor de jóvenes me hizo leer los primeros siete capítulos del libro de Proverbios. No tenemos el espacio suficiente para reproducir los siete capítulos pero vale la pena citar al menos lo siguiente:

«Mientras estaba junto a la ventana de mi casa, mirando a través de la cortina, vi a unos muchachos ingenuos; a uno en particular que le faltaba sentido común. Cruzaba la calle cercana a la casa de una mujer inmoral y se paseaba frente a su casa. Era la hora del crepúsculo, al anochecer, mientras caía la densa oscuridad. La mujer se le acercó, vestida de manera seductora y con corazón astuto. Era ...

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