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El consejero bíblico


¡Decisiones¡


Los cristianos tenemos el honor y la responsabilidad de predicar el Evangelio del Señor Jesús y transformar el mundo con Su amor. ¡Trabajar en la construcción de una nueva humanidad!

Pero tengo que ser sincero: en distintas ocasiones me cuestioné si aquel no era más que un sueño irrealizable. Me preguntaba: -?¿Cómo lograr que el mundo conozca al Señor? ¿De qué manera podemos transformar la cultura? ¿Qué tengo que hacer para que mi vida sea un instrumento útil en las manos de Dios?? Y en mi búsqueda por encontrar las respuestas, llegó a mi conocimiento la conmovedora historia de Demetrio...


UN CORAZÓN VALIENTE

Eugenia y Demetrio se casaron a principios del siglo XX. Como miembros de la nobleza de Varsovia contaban con un excelente pasar económico, al que se sumaba la perspectiva de una herencia de bienes y tierras. Pero de un momento para el otro sucedió lo que menos esperaban: la Primera Guerra Mundial obligó a Demetrio a cumplir con su función de soldado de la corte; ello lo obligó a dejar a su esposa, que estaba embarazada, para ir al frente de batalla. Una vez allí cayó en una emboscada, y el ejército enemigo lo trasladó a un campo de concentración.

Dolor, tortura, hambre, enfermedad y muerte saturaban el aire de aquel lugar. ¡Demetrio había perdido toda esperanza de recuperar su vida! Pasaban los años, y al no recibir señales de su existencia, sus familiares lo daban por muerto. Incluso hasta los suegros le insistían a Eugenia que se casara para que la pequeña hija creciera con un padre a su lado.

Pero una noche ?la peor de todas, durante el cuarto año del cautiverio? sucedió algo inesperado: una persona arrojó dentro del calabozo un pequeño ejemplar del Nuevo Testamento y desapareció inmediatamente sin dejar rastro alguno. Fue a partir de allí, bajo la tenue luz de la Luna, que Demetrio comenzó a entender el Evangelio por primera vez... ¡y al cabo de unas semanas rindió su vida a Jesucristo!

Luego de siete largos años, Demetrio y otros tres compañeros se escaparon del campo de concentración. No fue fácil, pero lo lograron. Bueno, no todos: dos de ellos fueron alcanzados por las balas enemigas y murieron en el intento. En su escape, Demetrio recorrió incontables kilómetros llenos de peligros, y finalmente pudo regresar a su país. ¡Qué indescriptible y emocionante reencuentro con Eugenia, su fiel esposa, quien siguió creyendo lo imposible! Y más importante aún: ¡Demetrio conoció a ...

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