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El consejero bíblico


La parábla del hijo pródigo / Continuación

... observación.
El primero, transformarse en cuidador de cerdos, no funciona. El texto afirma «nadie le daba nada» (v.16). Cada frase está cuidadosamente articulada para transmitir un significado preciso. Como cuidador de cerdos, el hijo pródigo recibe alimento pero no salario. El lector judío del siglo primero sabe que el hijo pródigo debe recuperar la suma de dinero gastado para poder evitarse la ceremonia qetsatsah.
Después de fallar en el primer intento, decide lanzar los dados por segunda y última vez: irá a su casa, se preparará para un trabajo y ganará su dinero. Para que lo acepten en este trabajo, necesitará el respaldo de su padre. Pero ¿cómo convencerá a su padre de que confíe en él una vez más?

7. El plan de autobeneficio. El malentendido tradicional que ha causado el mayor daño teológico en esta parábola quizá se encuentre en la percepción popular de la frase «volvió en sí» (v.17), que durante mucho tiempo se ha interpretado como «se arrepintió». Esta lectura quita fuerza al texto y destruye su unidad teológica. El buen pastor debe atravesar el desierto para encontrar su oveja. No regresa a la aldea a esperar que la oveja vuelva a casa por su propia cuenta y se lamente a la puerta del redil. La mujer piadosa enciende una lámpara y busca con diligencia hasta encontrar la moneda perdida. No vuelve a sus quehaceres y espera que salte de una grieta del piso y aterrice sobre la mesa de la cocina.
En las dos primeras historias, tanto la oveja como la moneda deben ser recuperadas. No obstante, si el hijo pródigo logra volver a casa por sus propios medios, entonces la tercera historia enseña que los seres humanos no se ven impedidos por el pecado original o por una voluntad corrompida y que pueden tomar medidas para ser salvos por sí mismos, sin ayuda de la gracia divina.
En la primera historia, la oveja perdida es un símbolo de arrepentimiento, el cual se entiende como «la aceptación de ser hallada». La segunda historia confirma esta definición. Pero si el hijo pródigo en verdad se arrepiente en el país lejano y él solo se abre paso hasta llegar a su hogar, entonces Jesús se contradice a sí mismo. Si se sigue la interpretación tradicional, la tercera historia se opone a las dos primeras. Bien Jesús está confundido en su teología, o bien el arrepentimiento es un concepto elástico, que queda abierto a la interpretación. En mi opinión, ambas opciones son inadmisibles. ¿Existe entonces alguna alternativa?
Al relatar la ...

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