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El consejero bíblico


La humildad en el uso de la BIblia / Continuación

... servirían en nuestra experiencia diaria. De lo contrario, Dios nos las habría descubierto. Pongamos dos ejemplos, sacados de la Biblia misma. Los discípulos preguntaron a Jesús, después de su resurrección: «¿Señor, restaurarás el reino a Israel en este tiempo?» Tomemos a pecho su respuesta: «No os toca a vosotros saber... » (Hch. 1:6-7). Datos sobre fechas y tiempos no les habrían ayudado a ser mejores discípulos. Por lo tanto, Dios los puso «en su sola potestad». Lo que sí les hacía falta saber sale a luz en el versículo siguiente: «recibiréis poder... y me seréis testigos... (Hch. 1:8)» dos cosas de gran importancia práctica y espiritual.

En otra ocasión, se le preguntó a Jesús si son pocos los que se salvan. La respuesta del Señor es muy instructiva. Efectivamente contestó la pregunta que debía haberse hecho: les explicó a la muchedumbre cómo ellos mismos podían ser salvos (Lc. 13:23-24). Cuantos se salvarán es una de las «cosas secretas». Cómo se salva pertenece a las «cosas reveladas», siendo éste un asunto práctico y espiritual.

Es normal y natural hacer preguntas. Pero no conviene tratar de contestar aquellas preguntas especulativas que la Biblia misma no contesta.


A nivel más personal, somos propensos a hacer preguntas acerca de los motivos por tragedias humanas. Nos atormentan el no saber y el no comprender. Pero por fin tenemos que refugiarnos en la soberanía y la sabiduría de Dios. Sólo Dios sabe por qué sucede ese terremoto o ese accidente de circulación o ese mal parto o esa enfermedad crónica.

Del mismo modo, sólo Dios sabía por qué Job tuvo que sufrir. Y Job, al final, se humilló diciendo, «Mi mano pongo sobre mi boca... yo hablaba lo que no entendía» (Job 40:4, 42:3). Sigamos sus huellas.


2. Aceptemos los límites del conocimiento humano

La Biblia, con toda su amplitud y profundidad, contiene más de lo que puede abarcar una sola mente humana. Nadie es capaz de comprender toda la extensión de las enseñanzas bíblicas, aun después de una vida entera de estudios e investigaciones.

Hay pasajes oscuros que a lo mejor nunca se entenderán plenamente mientras estemos en este mundo. «De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos?». (1 Co. 15:29)? «Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno» (Ga. 3:20). ¿Quién sabe exactamente qué quieren decir estos versículos?

Si el apóstol Pedro dice que hay algunas cosas «difíciles de entender» en las cartas ...

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