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El consejero bíblico


Abuso doméstico: ayudando a la víctima / Continuación

... a ayudar a la mujer cuando la escuchamos como un hermano o hermana que llora con los que lloran (Ro. 12:15).
Ya que el escuchar bíblico implica acción, usted puede concluir que escuchar (especialmente si la violencia ha sido personal y peligrosa) implica llevar a la víctima al médico, llamar a la policía, o proveer un lugar de refugio temporario. Si es posible que el hogar sea peligroso, es sabio informar al abusador que su esposa ha revelado la violencia y está en un lugar seguro y secreto.
Si la mujer tiene certeza de que regresar a su hogar no resultará en daño físico, usted debe escuchar con una actitud de análisis sistemático, buscando evaluar los modelos de violencia y control del matrimonio. Esta información es más útil cuando está escrita y es específica. Entonces se puede confrontar al abusador de acuerdo con Mateo 18:15-20, y hacerle entender que el liderazgo de la iglesia toma la violencia doméstica muy en serio y actuará para proteger a la esposa al mismo tiempo que buscan ministrar al hombre y hacerle rendir cuentas.
Usted enseña al oprimido a poner su esperanza en Dios.
La víctima debe ser alentada en su fe. Como en todo sufrimiento, puede pensar que Dios es indiferente y esto no le importa, o puede pensar que el abusador es todopoderoso. De cualquier manera, la aflicción siempre es una oportunidad para que el pueblo de Dios conozca y cuente con nuestro Dios, que oye. Además, si la víctima va a acercarse en amor a un abusador arrepentido y abrirse a amarlo y confiar en él, debe ser sostenida por una fe robusta. Saber lo siguiente será muy importante para ella:
1. Dios no se olvida (Salmo 10; 56:4). Los problemas personales no significan que Dios ha abandonado a su pueblo. Por el contrario, la Biblia constantemente nos recuerda que Dios responde a las oraciones de los oprimidos. Aunque no siempre vemos esta liberación inmediatamente, Dios sin duda libera a su pueblo. Dios no ha terminado su obra en nosotros. Recuerde a las víctimas que mantengan los ojos bien abiertos, observando la mano poderosa de Dios en sus vidas.
2. Jesús conoce nuestros sufrimientos. Jesús experimentó violencia de parte de su propio pueblo en su propio cuerpo. De hecho, su experiencia es aún más intensa que la nuestra porque sufrió hasta la muerte. Considerar este sufrimiento puede aminorar el pesar de la mujer.
Para la mujer que se siente abandonada por Dios, el sufrimiento de Jesús puede ser un gran consuelo que excede la comprensión de ...

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