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El consejero bíblico


Consejería pre-matrimonial / Continuación

... que se concentra en conocer mejor a su pareja. Para ser más específico: Cada uno debe saber con quién se está casando. Por ejemplo, el saber que su esposa es muy insegura, ayudará al esposo a tratar de comprenderla en esa área. Los celos se generan de la inseguridad y los celos son destructivos para la relación matrimonial. No puedo hacer suficiente énfasis en que se debe confrontar el área de los celos. Ambos deben saber que existen herramientas sencillas que se pueden emplear para contrarrestar este mal.

Además, no olvidemos que una parte muy importante en la relación matrimonial es el sentido del humor. La pareja que aprenda a reírse juntos, ganará mucho terreno en resolver los problemas conyugales que se presenten.

La discusión del aspecto machista es de mucha importancia. Cuando un hombre experimenta el nuevo nacimiento, también puede ser liberado del machismo. Una explicación correcta de Efesios 5:21 «Someteos unos a otros?» es muy valiosa al discutir este aspecto con la pareja. Es bueno estimular al varón a exteriorizar las conductas machistas (si las hay) que él aprendió en su propio hogar, no para juzgar a sus padres, sino para aprender y hacer la promesa que no sucederá en el nuevo hogar que está formando.

Durante el tiempo en que he escrito este artículo he estado involucrada en una consejería prematrimonial muy dinámica y bendecida. Se trata de una pareja que dentro de poco unirán sus vidas. Son jóvenes de 21 y 23 años, pero muy maduros tanto emocional como espiritualmente. Él principió la sesión sobre este tema diciéndome: «Hermana Beatriz, mi hogar es matriarcal. Mi padre no contesta ni dice nada y mi madre ordena, grita y manda. Yo quisiera sacudir a mi padre y pedirle que tome su lugar de líder. Yo quiero que mi novia lo sepa para que eso no se repita en nuestra relación. Yo me inclino a quedarme callado cuando tenemos un conflicto y ella habla y habla. Pero no deseo que mi futuro hogar termine como el hogar de mis padres».

Este es un diálogo sano y muy valioso. Tomé tiempo para asegurarme de que la novia comprendía lo que su novio quería decir. Le advertí: «Aunque te lleve media hora y te muerdas los labios, no presiones ni regañes. Quedándote callada estarás permitiendo que él se exprese, que hable, que ordene. Él es el jefe y líder de tu hogar. Dale espacio para aprender».

Es provechoso enfatizar este concepto: ninguno de los dos ha estado casado (en la mayoría de los casos), por lo tanto ...

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