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El consejero bíblico


La guerra espiritual o el viejo animismo

LA GUERRA ESPIRITUAL O EL VIEJO ANIMISMO

por Roberto J. Priest, Tomás Campbell y Bradford A. Mullen

Jim, un nuevo misionero, y Pilak, un autóctono, se hicieron amigos. En señal de amistad, Pilak le regaló a Jim una muñeca típica de su país. Cuando Jim mostró la muñeca a la familia misionera donde estaba alojado, ellos se asustaron y le advirtieron que la muñeca podría transmitir influencias demoníacas. Hicieron un cerco de oración para Jim, su esposa y a su bebé, y les suplicaron que destrozaran la muñeca de inmediato.
Después de unos días Pilak le preguntó a Jim si a su esposa le había gustado la muñeca. Pilak le explicó que era valiosa y que sus vestidos se relacionaban con antiguas tradiciones nacionales. Desesperado, Jim tuvo que inventar una excusa para posponer la ya extendida invitación para que Pilak visitara su casa, y fue a comprar una muñeca igual. Por fin encontró una idéntica, y la compró aunque era muy cara. Así pudo salvar su amistad y testimonio con Pilak.
Ultimamente se ha desarrollado entre varios misiólogos un nuevo modo de entender el poder satánico y las creencias indígenas, que afecta hasta la interpretación de las Escrituras. Si esto representara un retorno al sobrenaturalismo de la Biblia, lo recibiríamos con gozo; pero estamos ante otra cosa. Nos parece, más bien, que se trata de un entendimiento defectuoso de las creencias indígenas, porque se enfatiza la similitud, y no la profunda diferencia, de tales creencias con la Biblia. Implica, en muchos casos, aceptar las ideas mágicas que puedan estar inherentes en ella. Nos parece, entonces, que en su legítimo deseo de evitar la piedra del racionalismo, dichos misiólogos han caído en el hoyo del animismo. La teoría de la magia se afianza sobre todo en dos principios:

1. Está la magia homeopática, que parte del principio de la imitación. Por ejemplo, si alguien hace daño a una muñeca que se asemeja a cierta persona, se cree que está dañando también a la persona misma.

2. Está también la magia contagiosa, que parte del principio de contigüidad. El simple contacto promueve transferencia de propiedades entre una cosa y otra, o entre una cosa y una persona. Por ejemplo, para curar a una mujer de su infertilidad se le aplica un huevo fertilizado de gallina. Una ampliación de tal idea es que cosas que se tocan mucho llegan a participar de la misma esencia. Por ejemplo, si se aplica veneno a ropa usada, se "envenena" también a los que ...

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