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El consejero bíblico


El poder de nuestras palabras / Continuación

... criticaba su quehacer, su comida, su apariencia y hasta su voz. Muchas noches lloraba inconsolable hasta quedarse dormida, y en otras las ideas en su cabeza daban vueltas pensando en la forma de hacerle pagar a su padre por el trato que le daba a su mamá.
Cuando comenzaron a salir juntos, Samuel no sospechaba que se estaba casando con una mujer que estaba amargada, insegura, temerosa y determinada a hacer lo que fuera necesario para mantenerse alejada de todo lo que se pareciera al infierno que su madre había experimentado.

Por el contrario, los padres de Samuel tenían una bella relación. Era una pareja que solía expresarse mutuamente su amor. Cuando tenían un desacuerdo, ellos no solamente buscaban el perdón uno del otro, pero también pedían perdón a los hijos, si alguno había presenciado el disgusto. Samuel había soñado siempre con un matrimonio como el de sus padres. Se casó con Belinda con esa ilusión.
No fue un error de la soberanía de Dios que Samuel y Belinda se unieran. Dios en su sabiduría los unió, en su propósito redentor, a fin de usar la relación entre ellos como un taller para su obra de santificación. En esta relación, los corazones se podrían quedar al descubierto y ser transformados. Pero Samuel no se casó teniendo esto en mente; sus ojos estaban puestos en sus sueños.
Belinda tampoco se casó con ese propósito de Dios en perspectiva; su mirada estaba clavada en sus temores. Así que ninguno de los dos pensó o habló desde la perspectiva del plan redentor de Dios ni aún cuando Samuel comenzó a ver sus sueños destruídos y Belinda a mirar que sus temores se volvían una realidad.
Las cosas entre ellos se fueron empeorando con los años. Las discusiones en torno a sus dificultades sólo añadían más dolor, complicándolo todo. En lugar de demandar cambio uno del otro, Samuel y Belinda necesitaban aprender lo que significa hablar redentivamente frente al desaliento, el dolor, el fracaso y el pecado.


¿POR QUÉ LAS PALABRAS DESTRUYEN?

¿Cómo podemos entender los problemas en la relación de Belinda y Samuel? ¿Cuál es el camino del cambio que necesitan? ¿Qué significa para ellos hablar redentivamente?
Comencemos por ver lo que ha estado equivocado con Belinda y Samuel. Nuestro pasaje bíblico para diagnosticar es Gálatas 5:13-15:
1. No se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Mas bien sírvanse unos a otros con amor (13).
Si usted les hubiera preguntado a Belinda y ...

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